Ono y Kent: como cuando Poincaré se bajó del autobús

Una de las conocidas anécdotas de la historia de las matemáticas es el momento de inspiración que tuvo Poincaré al encontrar la solución de un problema al que llevaba mucho tiempo dedicado cuando la inspiración le vino al bajarse de un autobús.

La psicología de la creatividad matemática –no diferente de otras- pone de manifiesto el complejo funcionamiento de nuestra mente: las cosas pueden venirnos de pronto aunque conscientemente no estemos pensando en ello. Los problemas se incuban –a veces por largo tiempo- después el sueño o un estímulo puede poner de manifiesto que el sistema neuronal no deja de trabajar.

A Ken Ono y Zach Kent les ha pasado como a Poincaré: paseando por el bosque tuvieron la inspiración de aplicar las teorías fractales de Mandelbrot al problema de las particiones de enteros, un problema clásico de la teoría de números.

La formulación del problema es simple: ¿de cuántas formas se puede descomponer un número natural mediante suma de naturales sin cero? Si el número es 3 es fácil (1+1+1 y 2+1). En la medida que N va creciendo el problema se torna muy duro. Euler y Ramanujan- Hardy  dedicaron tiempo y avanzaron en el problema. Hoy Ono y Kent anuncian que el problema tiene estructura fractal, como tantas cosas de la naturaleza.

El Instituto Americano de Matemáticas (AIM) da cuenta del problema, y los artículos también están disponibles en la red: http://www.aimath.org

Acerca de angelrequena

Profesor jubilado de matemáticas
Esta entrada fue publicada en Historia de la matemática, Problemas clásicos y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario